y esta madrugada no deja de reírse
ya no hay nadie en la calle
el silencio se vuelve triste
lloran las estrellas salvajes
y no consigo concentrarme
camino entre espacios oscuros
los fantasmas me observan de lejos
y se burlan de mis ojos
de mi espacio de mi frente
y no me asusta escaparme
irme corriendo lanzarme arrojarme
al lado virtuoso que hoy yace inhóspito
y que antes no ha querido albergarme
no lloro pero se que me equivoco
y esquivo las conversaciones nocturnas
de los sueños que surgen
de las heridas que yacen
de los olvidos que perduran
no converso de noche
ni hago caso a los fantasmas
ni me burlo de sus ojos
lloro de madrugada
porque no hay nadie en la calle
y tengo miedo
tengo miedo de que amanezca
y no llegue a encontrarme
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